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Edad de las Tribus

El evento que marcó el fin del Génesis fue la llegada de la última especie creada por Kragna a la tierra. Con ello, el mundo dejó atrás su estado primigenio y comenzó a regirse por el tiempo cronológico.

Durante la Edad de las Tribus, 0 a 324 de la Primera Era, las diversas especies de Arekhar se esparcieron por el mundo, explorando territorios y formando las primeras comunidades. Al principio, la supervivencia era incierta. Las tribus vivían expuestas a climas implacables, depredadores y la escasez de recursos, lo que las obligó a mejorar sus técnicas de caza y recolección. Aprendieron a observar la fauna y la flora, descubriendo qué plantas eran comestibles, cuáles tenían propiedades curativas y cuáles debían evitar.

La caza con lanza se convirtió en un arte, mientras que la pesca con redes rudimentarias y arpones permitió el asentamiento cerca de ríos y lagos. Algunos grupos comenzaron a domesticar animales pequeños y a cultivar la tierra de manera arcaica, marcando el inicio de una rudimentaria agricultura. Las primeras aldeas fueron poco más que refugios de ramas, pieles y piedra, pero con el tiempo se transformaron en asentamientos más organizados, con zonas dedicadas a la caza, el resguardo de alimentos y la protección contra amenazas externas.

No todas las tribus prosperaron de la misma manera. Algunas se convirtieron en nómadas, viajando con las estaciones y estableciendo rutas migratorias, mientras que otras aprendieron a convivir en pequeñas aldeas fortificadas. Con el tiempo, los lazos entre tribus se hicieron más estrechos, surgiendo las primeras alianzas para defenderse de peligros comunes y compartir conocimientos sobre la supervivencia.

Esta era de crecimiento y adaptación llegaría a su fin con el estallido de un conflicto que cambiaría el curso de la historia: La Primera Guerra.

Edad de los Tronos

La Primera Guerra fue el primer conflicto de escala continental entre las diversas especies de Arekhar, librado principalmente por el dominio de territorios. Durante más de 300 años, las tribus habían evitado los enfrentamientos abiertos gracias a la posibilidad de migrar. Cuando un territorio se volvía inhóspito o no cumplía con sus necesidades, simplemente se desplazaban a otro lugar.

Sin embargo, llegó un punto en que no quedaban tierras accesibles para habitar. El conocimiento sobre la navegación era aún rudimentario, y los mares permanecían como barreras infranqueables. Las zonas aún deshabitadas eran extremadamente agrestes o peligrosas, plagadas de criaturas desconocidas, climas hostiles o tierras infértiles. Así, por primera vez en la historia del mundo, el conflicto por la supervivencia dejó de resolverse con la migración y dio paso a la guerra.

Para asegurar su lugar en el mundo, tribus de distintas etnias pero con intereses comunes comenzaron a forjar alianzas, unidas por lazos de sangre, pactos comerciales o la necesidad de protección mutua. Con el tiempo, estas alianzas dejaron de ser simples agrupaciones nómadas y se transformaron en Casas Guerreras y Familias Nobles, precursoras de las futuras naciones. Los asentamientos crecieron, pasando de pequeñas aldeas de cabañas y tiendas de pieles a grandes ciudades amuralladas, con torres de vigilancia, armas de asedio y estructuras fortificadas.

La Primera Guerra, iniciada en el año 324, fue breve pero decisiva. En solo tres años, los límites de la mayoría de las grandes naciones comenzaron a definirse. Aunque la contienda se extendió por casi una década en total, muchas regiones encontraron la paz mucho antes. Este conflicto marcó el fin de la era tribal y el comienzo de una nueva época: la Edad de los Tronos, donde el poder y la autoridad dejaron de depender únicamente de la fuerza y comenzaron a consolidarse en linajes, ciudades y ejércitos organizados.

Edad de los Castillos

La Edad de los Tronos fue la más corta de la Primera Era, con una duración de apenas 112 años, pero marcó un punto crucial en la historia de Arekhar. Durante este tiempo, las alianzas tribales evolucionaron hasta convertirse en los primeros reinos y naciones organizadas, estableciendo los cimientos de la política, la soberanía y la identidad territorial.

El final de esta edad estuvo definido por el surgimiento de Truehmer-Thorian, la primera nación independiente reconocida. Con el paso de los años, su nombre evolucionó a Nothgar, debido a la influencia del antiguo lenguaje de las tribus Kutaes. La consolidación de Nothgar marcó el inicio de la siguiente gran etapa de la civilización: la Edad de los Castillos, donde el poder dejó de residir en líderes tribales y comenzó a centralizarse en monarcas, nobles y ciudades fortificadas.

La Formación de las Regiones y los Primeros Reinos

Aunque Nothgar fue la primera nación formalmente establecida, otras grandes potencias surgieron con el tiempo, como la República Independiente de Niorn, la Capital Comercial de Norugan y los Reinos de Nuerender. Sin embargo, antes del nacimiento de los grandes imperios, el mundo ya se había dividido en regiones continentales que establecieron las bases de las futuras naciones.

  • Gromme, al sur del continente, colindaba con El Gran Páramo, una vasta extensión de tierras áridas que servía de frontera natural con Oskan, en el noreste.

  • Oskan, que dominaba el este del continente, estaba separado de los territorios de Oxx por un estrecho marítimo conocido como Dolgue Ran.

  • Fixo, una región hostil al sur de El Gran Páramo, se caracterizaba por su paisaje inhóspito: desiertos infinitos, tierras rojizas, pantanos dispersos y una escasez casi absoluta de agua.

Entre todas estas regiones, Nuerender destacó como un caso único. Ubicada detrás de la imponente cadena montañosa de Rhumon, esta región permaneció aislada del resto del continente. Mientras las demás naciones se forjaban a través de la guerra y la conquista, los pueblos de Nuerender se vieron obligados a enfrentar juntos los desafíos de su entorno, priorizando la cooperación y la supervivencia sobre los conflictos internos. Gracias a esta diferencia, sus grandes capitales—Juntz, Mogrimm y Kival’Egge—surgieron más tarde que otros reinos, pero con una base más unificada y fuerte.

De Fortalezas a Reinos

Previo al surgimiento de Juntz, Mogrimm y Kival’Egge, los primeros bastiones estratégicos comenzaron a consolidarse. Muchas de estas estructuras, construidas inicialmente como fortalezas para la defensa de los territorios, con el tiempo evolucionaron en reinos independientes. Ejemplos de esto fueron:

  • Pico Estrellado

  • Kaiggen

Más adelante, con el desarrollo de Nuerender, emergieron otros poderosos reinos como:

  • Los Reinos de Alhfar

  • La Gran Capital de Kjaggasthar

  • La República de Hasselmelf

El Fin del Nomadismo

El principal factor que llevó a la consolidación de las grandes ciudades y estados fue la seguridad y estabilidad que ofrecían en comparación con la vida nómada. Aquellos que lograban establecerse en un territorio fértil, con recursos abundantes y una estructura de defensa eficiente, tenían una vida mucho más próspera que aquellos que continuaban errantes, dependiendo de la caza y la recolección.

Durante las primeras décadas de esta transición, aún existían tribus viajeras que mantenían su estilo de vida nómada, desplazándose entre ciudades y pueblos según las estaciones. Sin embargo, con el tiempo, estas comunidades itinerantes fueron integrándose poco a poco en las sociedades de los asentamientos que visitaban con mayor frecuencia.

Con la consolidación de las grandes naciones y el crecimiento de los primeros reinos, la Edad de los Tronos llegó a su fin, dando paso a una nueva era de fortalezas, dinastías y castillos, donde la soberanía ya no dependía solo de la fuerza bruta, sino también del linaje, la política y el dominio estratégico de la tierra.

Edad del Progreso

La Edad de los Castillos llegó a su fin el día en que se firmó el Tratado de los Pueblos Libres, un acuerdo histórico que puso fin a siglos de conflictos y delimitó oficialmente los territorios de cada reino. Este tratado, suscrito por todos los monarcas de la época, estableció un mapa territorial que definiría las fronteras entre las naciones, garantizando un período de estabilidad sin precedentes. Firmado en el año 837 de la Primera Era, este evento marcó el cierre de una era dominada por la guerra y el nacimiento de una nueva etapa enfocada en el desarrollo y la innovación: la Edad del Progreso.

El Nacimiento de una Nueva Era

Con las fronteras establecidas y las grandes capitales organizadas, los conflictos militares dejaron de ser el principal motor del avance. En su lugar, el ingenio y la creatividad se convirtieron en los nuevos campos de batalla, donde las naciones competían por desarrollar tecnologías, mejorar la producción y expandir el conocimiento. Durante 166 años, el énfasis pasó de la conquista territorial a la carrera por la invención, dando lugar a los primeros grandes avances científicos, técnicos y filosóficos de la historia de Arekhar.

Los Grandes Avances

Esta era fue testigo del surgimiento de herramientas, maquinarias y técnicas que revolucionaron la vida cotidiana y la economía de las naciones. Entre los logros más destacados se encuentran:

  • Desarrollo de cartas navales y cartas astrales, esenciales para los viajes marítimos y terrestres.

  • La invención de la brújula, que permitió exploraciones más seguras y precisas.

Producción y Construcción

  • Creación del arado, optimizando la agricultura y la producción de alimentos.

  • Desarrollo de la sierra y el aserradero impulsado por fuerza hidráulica, acelerando la construcción de ciudades y fortificaciones.

  • Técnicas avanzadas en minería de bloque, facilitando la extracción de piedra y metales preciosos.

  • Uso de la grúa en la construcción, permitiendo la edificación de estructuras más altas y resistentes.

Ciencia y Medicina

  • Avances en alquimia, que mejoraron la iluminación, la forja de metales y la fabricación de herramientas y armas.

  • Inicio de estudios formales en medicina, botánica y zoología, sentando las bases del conocimiento científico.

  • Mayor comprensión de la geografía, permitiendo expediciones más organizadas y la expansión del comercio.

Conocimiento y Cultura

  • La invención de la imprenta, revolucionando la educación y la difusión del conocimiento.

  • Desarrollo de las primeras formas de literatura estructurada, con relatos históricos, filosóficos y científicos.


Un Mundo en Cambio

Para finales del año 837 de la Primera Era, el mundo era irreconocible en comparación con sus primeros siglos. Si bien aún existían desafíos y conflictos menores, la mirada de la humanidad ya no estaba puesta en la guerra, sino en el futuro. La emoción y la incertidumbre se respiraban en el aire:

“¿Cuál será el próximo gran avance? ¿Qué maravilla se descubrirá mañana?”

Las mentes más brillantes de la época vivían con la certeza de que cada amanecer traía una nueva sorpresa, una nueva posibilidad de transformar el mundo. Fue este espíritu de exploración y descubrimiento lo que preparó a Arekhar para su transición a una nueva era, donde la innovación no solo era una herramienta, sino el pilar de la civilización.

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